recuerdo los cascos de los caballos
hacian sonar el suelo de adoquines; y sus cadenas.
en las noches, llenas de los luceros naranja
que alumbraban pobremente las murallas
bajo los cabios opulentos de rosas
frente al portico de madera podrida
estabas tu, con la tristeza esa
que te adorno la sonrisa al despedirme
. Cartagena 2008
miércoles, 20 de enero de 2010
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